martes, 3 de mayo de 2011

La triste historia del castillo.

Recuerdo con mucha emoción la primera vez que me colé en un cine, tenía 6 años, en la cartelera estaba El Rey León, mi hermana había ido al cine con sus amiguitas, y habiamos ido a recogerla, solté a mi madre, y me puse a jugar "por ahí", en la primer distracción entré a la sala, escondidillo por ahí miraba atento una frase que me marcaría por el resto de mi vida. "Que, quieres que me ponga falda y baile hula hula?" no entendí mucho de lo que se decía, pero la siguiente escena fue de lo más divertida. Llegó un señor y me dijo "tu mamá te está buscando, pero ya te encontré" lo primero que pensé fue que ya me iban a regañar, pero el señor contrario a ello me dijo, mira sientate en una de las butacas y acaba de ver la película, pero no hagas ruido, el don (que seguro era un chavo como de 20 años, pero a los 6 todos son dones) fue a decirle a mi mamá que estaba en la sala, que no habia problema. Acabó la película y salí, efectivamente, me dieron una regañiza, pero no importó, acababa de ver el final del Rey León. Poco tiemo pasó para que la consiguieramos en VHS y la vieramos todos en familia.

Este y futuros recuerdos de mi infancia provienen del famoso cine lindavista, "El cine del castillito goei". Que digo cine, era el señor cine. Creo que todo citadino, o quizá la mayoría conoció y vió alguna película en él.


El cine comenzó a perder el glamour que tenía y la religión obviamente a crecer MÁS de lo que ya habia crecido, el cine fue abandonado (si mi memoria no falla) pero seguian conservando un castillo poca madre en Lindavista.


Llegó el día que tenía que llegar, quitar el castillo, los católicos compraron el terreno (aunque dudo que lo hayan comprado) e hicieron santo a un wey, que recogió unas florecillas y al soltarlas, se le apareció una mujer y bla bla bla, un indígena, que le ocurrió un milagro, un wey más mexicano que el nopal, que obvio en el departamento de mkt de la iglesia, es bueno, pues así todos los mexicanos que somos más mexicanos que el nopal nos identificamos con el y ps vamos a misa, pedimos milagros y pendejadas, y taran, más limosnas, Total, a este vato, le decidieron dar el título de santo, pa que tuviera más poderes y la iglesia más limosnas.
Así fue el templo de "SAN Juan Diego"

No sé, no sé que pasó, y francamente no quiero enterarme, solo sé que ayer pasé por lo que será mi ruta a la universidad (saludos Miriam) y me encontré con esta triste imagen:
Photobucket
Que mal pedo, sentí bien feo, ya sé, ya sé, tiene un chingo así el edificio, pero apenas conseguí cámara y ganas de postearlo.
Saludos.


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